Hoy, no vengo a contar nada brillante.
Ni a escribir algo digno de subrayarse.
Hoy, solo vengo a soltar.
A dejar, que algo de lo que me pesa, se quede en este rincón que es más mío, que cualquier parte de la casa.

He tenido un día irregular.
De esos, que no son ni del todo malos ni del todo buenos, pero que te dejan el cuerpo cansado y el alma como en pausa.


He hecho cosas, sí. He cumplido. He sonreído incluso.
Pero también, me he sentido pequeña, como si no pudiera abarcar todo lo que la vida me pide.

A veces, me pregunto si basta con seguir.
Y otras veces, como hoy, me lo respondo sin querer: sí, basta.

Seguir también es honrar lo vivido.

Hoy, no escribo con fuerza.
Escribo desde la fragilidad.
Y, en esa fragilidad, también hay belleza.

Si alguien encuentra estas palabras, y está teniendo un día de esos… solo quiero decirte:
no hace falta brillar, basta con no apagarse.

Aquí sigo. Aquí seguimos.
Y con eso, ya estamos haciendo bastante.

— Malú 💛


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