Queridos amigos,

Hace tiempo que no paso por aquí, y me ha costado encontrar las fuerzas para volver a escribiros. El último texto que compartí, fue aquel relato tan especial sobre mi perrita, que partió después de 18 años a mi lado. Su ausencia me dejó un vacío enorme y un dolor tan profundo que me arrastró a una crisis fuerte de fibromialgia. Durante más de un mes y medio, me he sentido sin fuerzas ni ánimos, con la sensación de no poder levantar cabeza. Han sido días oscuros, de muchos silencios y de mucha tristeza. Poco a poco empiezo a respirar de nuevo, aunque todavía estoy aprendiendo a sostenerme en este nuevo camino.

En ese tiempo de búsqueda y desconsuelo, cuando ni la escritura conseguía calmarme, encontré en internet un blog que me ha dado algo de luz. Se llama Más allá del velo, y desde el primer momento sentí que me hablaba al corazón. Es un espacio espiritual lleno de mensajes, meditaciones, relatos y reflexiones que invitan a mirar hacia dentro y recordar que, incluso en medio de la oscuridad, la luz siempre está. Habla de nuestro hogar espiritual, de las señales que nos acompañan, de la voz de los maestros y de esas confesiones íntimas que nos recuerdan lo mucho que compartimos como seres humanos.

Quiero dar las gracias de corazón al creador, creadora o creadores de este blog, porque en mi caso, me ha ayudado muchísimo en un momento muy difícil. Aprovecho también para felicitarlos por la labor tan profunda y mágica que están llevando a cabo con este espacio, que toca el alma y acompaña de verdad.

Quiero dejarlo aquí, en este cuaderno de bitácora, porque ha sido un descubrimiento que me ha ayudado a recomponerme y quizá a alguno de vosotros también le sirva para encontrar un poco de calma o una chispa de esperanza.

Con cariño,
Malú