
Buenos días, familia bonita.
Quería compartir algo muy especial con vosotros. Las que me conocéis, sabéis que el scrap, para mí, es más que una afición. Es una forma de respirar cuando todo se vuelve pesado, un espacio donde puedo volcar lo que las palabras no alcanzan. Cada recorte, cada textura, cada color, se convierte en una emoción transformada en materia. Es mi refugio. Cuando hago scrap, el cuerpo deja de doler un poco y la mente encuentra un orden distinto, más amable. Me ayuda a escucharme, a calmar el ruido, a entender lo que pasa por dentro sin tener que explicarlo.
Por eso, esta página tiene tanto sentido para mí. En ella he querido reflejar mi proceso con la fibromialgia desde el cuerpo y desde lo que ocurre en el interior. Elegí ese rostro femenino cubierto de partituras y flores porque representa esa parte que intenta mantenerse serena cuando las fuerzas flaquean. Las notas musicales, simbolizan el ritmo interno, ese compás que, a veces, se interrumpe y cuesta recuperar.
El fondo, con páginas antiguas, guarda mis etapas y recuerdos. En cada capa, hay un fragmento de historia. Cansancio, miedo, aprendizaje… Todo se mezcla como se mezcla el dolor en los días, sin principio ni final, con matices que solo se entienden al mirar hacia dentro.
La figura de la chica de espaldas con su mochila es el reflejo de mi propio camino. Camino lento, a veces solitario, cargando con lo que pesa y también con lo que me sostiene. La mochila encierra las renuncias, las nostalgias, las fuerzas que se buscan cuando el cuerpo ya no acompaña.
Los tonos sepia, los relojes, las flores marchitas hablan del tiempo, de la fragilidad y de la belleza que sobrevive en medio de la incertidumbre. Cada elemento, tiene una razón. El reloj me recuerda que el tiempo cambia cuando la enfermedad forma parte del día a día, las flores marchitas conservan su delicadeza, incluso, cuando el brillo se apaga.
Mientras componía esta página, sentí reconciliación. La composición me permitió entenderme, aceptarme, cuidar lo que todavía late. Me recuerda, que la vida sigue teniendo ritmo, aunque suene diferente.
Gracias por acompañarme en este viaje tan íntimo.
Ojalá, al mirar esta página, también encontréis en vosotros ese espacio, donde todo se vuelve un poco más liviano, aunque sea por un instante.
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