Mi historia, mi por qué

Hola, soy Malú García.
Y he decidido abrir este blog porque, hay días en los que el dolor no te deja pensar, pero sí te permite sentir. Y cuando una siente tanto, necesita contarlo. No para dar pena, ni para parecer fuerte, sino para no dejarse morir por dentro.

Vivo con fibromialgia, con fatiga crónica y con una depresión que, a veces susurra, y otras veces grita. Pero también, vivo con la esperanza de que mis palabras puedan llegar a alguien que, como yo, alguna vez se sintió completamente sola.

Todo lo que vas a leer aquí, está escrito con la verdad en la piel. Algunos relatos son míos, otros, nacen de los testimonios de personas que me han compartido su historia. Hay días, que escribo con el cuerpo dolorido, otros, con el alma entera, y otros, simplemente con los restos de mí. Pero siempre, desde la voluntad de acompañar.

Este blog, no es solo mío. Es de todas las personas que sienten que no tienen voz. De quienes callan por miedo, por agotamiento, por incomprensión. Aquí hablaremos del dolor, sí. Pero también hablaremos de lo que nos sostiene. De lo que aún late.

Y poco a poco, iré compartiendo fragmentos de mis libros —empezando por «Cuando aún late algo dentro» — y también textos nuevos, frases inspiradoras, ejercicios de calma, diarios emocionales, historias reales… Todo a su ritmo. Todo a fuego lento. Como se escribe la vida.

Gracias por estar aquí.
Gracias por leerte en mis palabras.
Gracias por no rendirte.

—Malú


Descubre más desde Diario de una vida que late

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Posted in ,

Una respuesta a “Mi historia, mi por qué”

  1. Avatar de Maria Lidia Georgieff

    Me gusta… yo también siento dolor, pero lo siento en mi alma. Es mi alma la que esta dolorida y no se puede levantar. Me he refugiado en la escritura, pero a veces ni eso, ayuda que los músculos de mis emociones puedan equilibrarse y dejar de temblar ante lo que no se del futuro…

    Me gusta

Replica a Maria Lidia Georgieff Cancelar la respuesta

Descubre más desde Diario de una vida que late

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo